jueves, 3 de noviembre de 2011

De cuando en cuando

De cuando en cuando
te abres a visitas.
Siempre de cinco a doce,
con dos besos, un abrazo.
Y echas las persianas
cuando no es tu horario,
y dejas un cartel
de no me hacen falta extraños.

Me monto en Cólera
para llegar a Jaén, a las once y cuarto.
Recojo la utopía y otras cosas.
Doblo la aventura, la guardo en el armario.
Al día siguiente enero.
La miel se estaba helando.
Corrijo algunos gestos, y otros los maltrato.

De vez en cuando cedo,
por cosas del horario,
y echo las mentiras, los puños a los gatos.
Me abro completamente
en esa franja en que me abro.
Repiten en las pizarras
poemas que escribía yo hace ya algunos...

Hablando de lógica,
voy a buscarte donde no te encuentres
y, allí, donde sea noche,
me marcharé de día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario